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jueves, 12 de noviembre de 2009
viernes, 23 de octubre de 2009
viernes, 10 de julio de 2009
celula de schwann
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Las Células de Schwann son células gliales periféricas que se originan en la cresta neural embrionaria y acompañan a la neurona durante su crecimiento y desarrollo. Recubren a las prolongaciones (axones) de las neuronas formándoles una vaina aislante de mielina.
Según el diámetro del axón, la célula de Schwann desarrolla una estructura diferente.
Acompañando a los axones neuronales de pequeño diámetro, las células de Schwann son amielínicas (sin mielina) y pueden alojar varios axones.[1]
Por el contrario, los axones de mayor diámetro, son envueltos por células de Schwann mielínicas, es decir que sí poseen mielina. A lo largo de los axones, en su envoltura mielínica se producen bandas circulares sin mielina, lo cual parece coincidir con el límite entre las células de Schwann. Estas bandas sin mielina se llaman nodos de Ranvier. La mielina se compone de capas concéntricas de la membrana de las células de Schwann que rodean de manera espiral al axón de la neurona. (ver ilustración)
Acompañando a los axones neuronales de pequeño diámetro, las células de Schwann son amielínicas (sin mielina) y pueden alojar varios axones.[1]
Por el contrario, los axones de mayor diámetro, son envueltos por células de Schwann mielínicas, es decir que sí poseen mielina. A lo largo de los axones, en su envoltura mielínica se producen bandas circulares sin mielina, lo cual parece coincidir con el límite entre las células de Schwann. Estas bandas sin mielina se llaman nodos de Ranvier. La mielina se compone de capas concéntricas de la membrana de las células de Schwann que rodean de manera espiral al axón de la neurona. (ver ilustración)
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La enfermedad de Alzheimer (EA), también denominada mal de Alzheimer o simplemente alzhéimer[1] es una enfermedad neurodegenerativa, que se manifiesta como deterioro cognitivo y trastornos conductuales. Se caracteriza en su forma típica por una pérdida progresiva de la memoria y de otras capacidades mentales, a medida que las células nerviosas (neuronas) mueren y diferentes zonas del cerebro se atrofian. La enfermedad suele tener una duración media aproximada de 10-12 años, aunque esto puede variar.
Los síntomas de la enfermedad como una entidad nosológica definida fueron identificados por Emil Kraepelin,[2] mientras que la neuropatología característica fue observada por primera vez por Alois Alzheimer en 1906.[3] [4] Así pues, el descubrimiento de la enfermedad fue obra de ambos psiquiatras, que trabajaban en el mismo laboratorio. Sin embargo, dada la gran importancia que Kraepelin daba a encontrar la base neuropatológica de los desórdenes psiquiátricos, decidió nombrar la enfermedad alzheimer en honor a su compañero.
El día internacional del Alzheimer se celebra el 21 de septiembre, fecha elegida por la OMS y la Federación internacional de Alzheimer.
Los síntomas de la enfermedad como una entidad nosológica definida fueron identificados por Emil Kraepelin,[2] mientras que la neuropatología característica fue observada por primera vez por Alois Alzheimer en 1906.[3] [4] Así pues, el descubrimiento de la enfermedad fue obra de ambos psiquiatras, que trabajaban en el mismo laboratorio. Sin embargo, dada la gran importancia que Kraepelin daba a encontrar la base neuropatológica de los desórdenes psiquiátricos, decidió nombrar la enfermedad alzheimer en honor a su compañero.
El día internacional del Alzheimer se celebra el 21 de septiembre, fecha elegida por la OMS y la Federación internacional de Alzheimer.
Neuronas
empesaremos este interesante blog con las celulas que mandan nuestros actos:
Las neuronas son un tipo de células del sistema nervioso cuya principal característica es la excitabilidad de su membrana plasmática; están especializadas en la recepción de estímulos y conducción del impulso nervioso (en forma de potencial de acción) entre ellas o con otros tipos celulares, como por ejemplo las fibras musculares de la placa motora. Altamente diferenciadas, la mayoría de las neuronas no se dividen una vez alcanzada su madurez; no obstante, una minoría sí lo hace.[1] Las neuronas presentan unas características morfológicas típicas que sustentan sus funciones: un cuerpo celular o «pericarion», central; una o varias prolongaciones cortas que generalmente transmiten impulsos hacia el soma celular, denominadas dendritas; y una prolongación larga, denominada axón o «cilindroeje», que conduce los impulsos desde el soma hacia otra neurona u órgano diana.[2]
La neurogénesis en seres adultos, ha sido descubierta apenas en el último tercio del siglo XX. Hasta hace pocas décadas se creía que, a diferencia de la mayoría de las otras células del organismo, las neuronas normales en el individuo maduro no se regeneraban, excepto las células olfatorias. Los nervios mielinados del sistema nervioso periférico también tienen la posibilidad de regenerarse a través de la utilización del neurolema, una capa formada de los núcleos de las células de Schwann.
Las neuronas son un tipo de células del sistema nervioso cuya principal característica es la excitabilidad de su membrana plasmática; están especializadas en la recepción de estímulos y conducción del impulso nervioso (en forma de potencial de acción) entre ellas o con otros tipos celulares, como por ejemplo las fibras musculares de la placa motora. Altamente diferenciadas, la mayoría de las neuronas no se dividen una vez alcanzada su madurez; no obstante, una minoría sí lo hace.[1] Las neuronas presentan unas características morfológicas típicas que sustentan sus funciones: un cuerpo celular o «pericarion», central; una o varias prolongaciones cortas que generalmente transmiten impulsos hacia el soma celular, denominadas dendritas; y una prolongación larga, denominada axón o «cilindroeje», que conduce los impulsos desde el soma hacia otra neurona u órgano diana.[2]
La neurogénesis en seres adultos, ha sido descubierta apenas en el último tercio del siglo XX. Hasta hace pocas décadas se creía que, a diferencia de la mayoría de las otras células del organismo, las neuronas normales en el individuo maduro no se regeneraban, excepto las células olfatorias. Los nervios mielinados del sistema nervioso periférico también tienen la posibilidad de regenerarse a través de la utilización del neurolema, una capa formada de los núcleos de las células de Schwann.
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